El papa Francisco renunció a viajar a la capital Ucraniana, Kiev, como señal contra la guerra, ni se reunirá con el patriarca ortodoxo ruso Kirill, a pesar de la “muy buena” relación que mantiene con él.
El pontífice así lo confirma en una entrevista al periódico La Nación y en la que, preguntado por la razón por la que no llegó a viajar a Ucrania, afirmó que no puede “hacer nada que ponga en riesgo objetivos superiores, que son el fin de la guerra, una tregua o, al menos, un corredor humanitario”.
“¿De qué serviría que el Papa fuera a Kiev si la guerra continuara al día siguiente?”, se pregunta.
El pontífice expresa cotidianamente su profunda preocupación por la guerra desatada por la invasión rusa de Ucrania desde el pasado 24 de febrero y para cuyo fin ha propuesto incluso la mediación de la Santa Sede.
En sus mensajes, el papa nunca pronuncia el nombre del presidente ruso Vladimir Putin ni alude a Rusia por motivos diplomáticos: “Un papa nunca nombra a un jefe de Estado ni mucho menos a un país, que es superior a su jefe de Estado”, explicó.