Desde la llegada de Morena al gobierno de Quintana Roo, encabezado por Mara Lezama, los cobros de piso por parte del crimen organizado han experimentado un alarmante aumento. Este fenómeno representa una amenaza significativa para la posición de Cancún como la marca turística más destacada de México.

Uno de los casos más recientes que ilustra esta preocupante tendencia es el cierre del reconocido restaurante Aguachiles, que decidió cerrar sus puertas después de 14 años de operación debido a una serie de ataques perpetrados por grupos criminales que buscaban extorsionarlos.

Los propietarios de Aguachiles tomaron la difícil decisión de cerrar su establecimiento, como lo demuestra el hecho de que permanece cerrado al público. La noticia de su cierre fue anunciada en las redes sociales, donde el restaurante se despidió de sus leales clientes que lo habían acompañado a lo largo de su trayectoria.

Es importante resaltar que este establecimiento fue víctima de dos ataques separados con el objetivo de exigir pagos por derechos de piso. En la última de estas agresiones, las autoridades lograron detener a los agresores y desarticular una banda de extorsionadores. Sorprendentemente, se descubrió que esta banda estaba liderada por un recluso del penal de Veracruz.

Estos eventos reflejan la creciente preocupación en Cancún debido a la ola de crímenes y cobros de piso, lo que plantea desafíos significativos para la seguridad y el desarrollo económico de la región.