El coronavirus Covid-19 no solo tiene una afectación en biológica, también comienza a tener un impacto en la parte emocional, en un principio fue la negación de no creer que nos pasaría que no pasa nada, después está la de sentirse perdido “por qué a nosotros, a mi familia”, y vamos a comenzar la etapa más preocupante, que es la frustración por el encierro, expresó el doctor en Problemas Sociales por la Universidad de Granada España, y Maestro en Psicología General de la Universidad Autónoma de Yucatán, Paulino Dzib Aguilar.
El especialista mencionó que los chinos señalan a las crisis como una oportunidad, “hoy el coronavirus es la oportunidad de reencontrarnos a nosotros mismos”.
“Cuántos de nosotros tenemos una vida agitada, no saboreamos lo que comemos, cuando nos bañamos, no tenemos conciencia del agua y el jabón, hoy que tenemos tiempo y la oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos y reflexionar”, dijo.
Comentó que es tiempo de regresar a nuestros orígenes humanos, con una verdadera comunicación – no de información -, donde exista un mensaje, un emisor, un receptor e intercambiar ideas y ponerse de acuerdo en lo que están hablando; el Covid-19 es la oportunidad de sentarnos a la mesa, platicar y entender la posición de los demás”.
“Esta contingencia nos está llevando a reinventarnos, la crisis es una oportunidad de cambio no solo en ámbitos biológicos, sino también en salud mental, la pregunta es ¿cuánto tiempo podemos pasar con nosotros mismos?”, cuestionó.
Paulino Dzib recordó que hace algunos años, en Yucatán los comercios cerraban para tomar un descanso, a diferencia de ahora, que son jornadas de hasta 10 horas, en total estrés, por eso en muchas ocasiones quienes toman una siesta son más saludables que los que no lo hacen.
Reconoció que la falta de una respiración profunda y correcta es la causa de diversos malestares como dolores de cabeza, espalda, “de ahí lo trascendental de respirar, la gente se intoxica con CO2, por no estar respirando correctamente”.
Recomendó hacer ejercicios de comprimir y descomprimir el cuerpo, inhalando y exhalando, y estirar de 3 a 4 veces al día, con respiraciones profundas. Otro ejercicio mental es preguntarse qué pensamientos buenos se han tenido en el día, como el regar las plantas, acariciar al gato, ver que amanece, escuchar a los pájaros, etc.
Explicó que la salud tiene dos direcciones: la mental y la física, en la primera, cada vez que nos lavemos las manos, nos pongamos los zapatos, preguntemos ¿cuántos pensamientos positivos de contacto con nosotros mismos podemos hacer y trasmitir? Y la segunda hacer el ejercicio de comprimir, inhalar y exhalar.
Reiteró que la sociedad, las familias tienen que regresar a la convivencia, a la cultura, al contacto, “quizá el siglo XXI y el Covid-19 es la oportunidad de aprender a detenernos en esta vida tan agitada que hemos entrado”.