Los costos son millonarios por el aplazamiento
Un miembro directivo del comité organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio dijo ayer que podría pedirse otro aplazamiento si no se pueden realizar los juegos el año que viene.
Los Juegos de Tokio iban a celebrarse este año, pero se aplazaron por la pandemia del coronavirus. La sugerencia fue un comentario de Haruyuki Takahashi en una entrevista publicada el lunes en el periódico deportivo japonés “Nikkan Sports”.
“La principal prioridad es hacer un esfuerzo unido por celebrarlos en el verano de 2021”, dijo Takahashi.
Si eso no es posible, señaló, “debemos iniciar acciones de nuevo para conseguir otro aplazamiento”.
Demora costosa
Las estimaciones en Japón indican que la demora de un año costará entre 2 mil y 6 mil millones de dólares, la mayoría pagados por los contribuyentes japoneses.
El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, y el presidente del comité organizador local, Yoshiro Mori, han descartado nuevos aplazamientos y señalado que los juegos se cancelarán si no pueden comenzar el 23 de julio de 2021.
Takahashi ha estado muy ligado a la organización de los Juegos de Tokio.
Según medios, recibió millones de dólares de la candidatura por su labor de cabildeo entre los miembros del COI cuando Tokio fue elegida en 2013 en Buenos Aires, Argentina, adelantando a Madrid y Estambul.
Takahashi es un exempleado de la gran agencia japonesa de publicidad Dentsu Inc., a la que se atribuye haber ayudado a la candidatura de Tokio a imponerse. Dentsu es la agencia exclusiva de marketing para los Juegos Olímpicos de Tokio y fue crucial para conseguir el récord de 3 mil 300 millones de dólares en patrocinios locales.
La labor de Dentsu a la hora de conseguir los juegos también apareció en una investigación francesa que ha incluido a Lamine Diack. Diack era miembro del COI cuando Tokio obtuvo la celebración del evento, y fue director del organismo regulador del atletismo mundial.
Ante la justicia
Diack esta siendo juzgado en París por delitos de corrupción no relacionados con las acusaciones de compra de votos en 2013. Las acusaciones forzaron la renuncia el año pasado de Tsunekazu Takeda, presidente del Comité Olímpico Japonés.